"Drácula", el cine "B" y los actores "encasillados".

Cuando Murneau filmó "Nosferatu", la novela "Drácula" de Bram Stocker (un escritor mediocre que hubiese sido completamente olvidado de no ser por el cine) todavía tenía derechos de autor. Los herederos del escritor demandaron al cineasta: quien debió incluir en el film una placa que dijese "Basada en la novela...etcétera"; pero más aún: debió darles algo así como la recaudación completa del film y hay quienes dicen que terminó debiéndoles plata. Este fallo judicial abusivo hizo que nadie más intentase filmar una "Drácula" hasta que no venciesen los derechos de autor (1931).
Esa fecha coincidió con el auge de una tecnología nueva: el sonido sincronizado; que estaba atrayendo multitudes al cine. Hollywood decidió hacer de "Drácula" un "tanque": la promocionaron ampliamente y le dieron a los realizadores un presupuesto que, aunque modesto para los criterios actuales, les permitía trabajar sin apuro.

Los realizadores decidieron que el aspecto de cadáver ambulante del vampiro de Murneau no les agradaba (ver: "sobre las remakes de Hollywood") y contrataron a un actor rumano bien parecido, Bela Lugosi, para el rol del conde vampiro. Lugosi se basó para crear su personaje, no en la novela de Stocker, sino en el cuento satírico "El vampiro" de Polidori y en retratos del poeta Lord Byron (que es la persona satirizada en ese cuento). Así, Bela Lugosi adoptó el cuello levantado típico de Byron y llevó al extremo de ser casi explícito el simbolismo sexual del vampirismo: como en el cuento de Polidori: inquietando a los productores de la película. Sobre última hora, decidió que serian sus colmillos y no los frontales los dientes anormalmente largos del vampiro ("Me hacen ver sexy").
La película fue un éxito sobre todo gracias a la estupenda actuación del rumano. Y acá ocurrieron las dos cosas que quería contar:

Era costumbre de los cines dar dos películas (en Buenos Aires, en la década de 1980, yo todavía asistí a algunas de estas funciones dobles): donde la película principal llevaba en el cartel por lo general la letra "A". Para la película "B" se elegía de ser posible una de tema afín: por ejemplo, si daban una de guerra, se buscaba una película de guerra mala o vieja para ser la "B". Pero "Drácula" estuvo tanto tiempo en cartel que permitió FILMAR películas de vampiros baratas para explotar esa costumbre. Con los años, esa práctica se volvió común: aparecieron especialistas en filmar esas películas "B" y se formó toda una "industria" paralela del cine barato, cuya virtud era la velocidad y la economía, no la calidad; y que tenía un estética y una ética propia: distintas de las de Hollywood "A". El "cine B" ha sido con frecuencia elogiado por esto: por sus mujeres con roles más activos e independientes, sus actores negros en roles que no son de caricatura y sus finales no siempre "felices" ni moralizantes. En mi opinión esto es verdad; pero ha sido sobrevalorado: todos hacemos apuestas arriesgadas cuando estamos jugando con fichas de dos pesos. Con las grandes no somos tan guapos y apostamos con prudencia. Como sea: esa industria del cine "B" surgió con Drácula.

Mientras tanto; ¿Que fue de Bela Lugosi?
El rumano era de repente LA estrella de cine. Y estaba bajo una lluvia de ofertas y guiones. Aceptó uno que sonó sensato: "Estamos por filmar "Frankenstein" de Mary Shelley y queremos que seas el protagonista". "Estoy dentro", respondió Bela, quien pensó, como toda persona en su sano juicio, que "el protagonista" de Frankenstein era el Dr Frankenstein. Leyó la novela y comenzó la minuciosa y obsesiva creación del personaje que lo caracterizaba y le tomaba meses. Recién cuando iba a comenzar el rodaje le dijeron que lo querían para ser el monstruo. Bela los mandó al diablo indignado y el papel lo hizo finalmente Boris Karloff.
A ese trabajo inútil de meses le siguieron dos decisiones extrañas y desatinadas: Primero, hizo el protagónico de "Zombie blanco": considerada hoy la primera película de zombies...y considerada con frecuencia también una de las peores películas de la historia del cine. Que llevó a Bela, en la cumbre de su carrera, a actuar en esa bazofia, lo sabía solo él y se murió.
Después, hizo de nuevo el papel de Drácula: esta vez en una sátira, donde Drácula bebe la sangre de un borracho y termina ebrio él.
Nunca volvieron a ofrecerle un papel que no fuese de vampiro o incluso una parodia de Drácula. Bela Lugosi pasó a SER Drácula. Hoy, todas las estrellas de cine están prevenidas contra el "encasillamiento" y toman medidas a veces extremas para no ser encasilladas. Bela Lugosi fue el "paciente cero" de esa enfermedad: el primero que la padeció y por eso lo tomó desprevenido.
Durante la guerra aparecía en cortos de propaganda pidiéndole a la gente que donase sangre. Tras la guerra, adicto y olvidado, terminó su carrera filmando películas de bajo presupuesto con el idiota de Ed Wood.

Saludos.

 
Vaya ! Eres un buen cinéfilo.

Según veo a ese actor lo encasillaron en el papel de vampiro.

A muchos les pasa igual, luego no pueden hacer otros trabajos.

¡Wórales! Interesante historia. Gracias por compartirla.

Muy buena historia... y recuerdo la pelicula sobre Ed Wood y Bela Lugosi, que cuenta la historia de esos ultimos años del actor

Cierto lo que dices! Y una de las grandes películas "B" es la noche de los muertos vivientes. Se quedaron las cursivas, bueno, que le voy a hacer... Romero! Posiblemente el creador de los Zombies en el cine... Y ya que estamos, aprovecharé para explicar un poco, de donde proviene la idea del "Zombie" o muerto viviente.
Se dice que en la cultura vudú, algunos brujos podian resucitar a los muertos... Pero la verdadera idea, proviene de las tribus antiguas de Haití. Ellos realizaban un ritual, donde al final de la ceremonia, el más mayor de la aldea tenia que provar la coup de poudre, dicha mezcla contenia la toxina del Fugu, pez globo en japonés. La toxina del fugu, como muchos saben, es una toxina venenosa. Bueno, pues el anciano se tomaba esa toxina y quedaba dormido durante tres dias. En algunas ocasiones, el hombre no despertaba al tercer día, así que se consideraba muerto y lo enterraban. Pero, a veces, el individuo se despertaba una vez enterrado, y salia de la tierra atontado, a causa de la toxina y de " enterrarlo vivo"... Así que la gente, al verlo, pensaba que era un muerto viviente.

Gracias por los elogios.

Boris: "Ed Wood", de Tim Burton. La escena donde Ed Wood (el director de la peor película de todos los tiempos) conversa con Orson Wells (director de la mejor) es imperdible.

Nostalgia: Ahora en Buenos Aires también dan una sola: y las funciones están tan pegadas, que casi te echan a patadas. Una vez que quería leer algo en los títulos, casi tuve que pedir permiso.
Pero las funciones dobles perduraron más que en EE.UU.  En el estreno de "Volver al futuro" me acuerdo que la "B" era una remake pésima de "La máquina del tiempo": me levanté y me fui a los 15 minutos o algo así (los viejos buenos-malos tiempos donde un chico de 10 años vagabundeando por ahí era algo normal).

Asil: el zombie del cine es en efecto un invento de Romero: "Zombie blanco" es anterior: más fiel al mito afro-haitiano.